Mi amigo de la infancia José María Adorna Castro ha escrito una novela y me ha concedido el honor de ser uno de los primeros en leerla y darle mis valoraciones y, según me dice, poder terminarla tras mi lectura. Una sorpresa con mayúsculas que espero pueda ser publicada puesto que calidad literaria e imaginación no le faltan a la historia inventada por mi amigo. No puedo dar informaciones sobre su lectura pues todavía no está plenamente terminada, pero desde luego le haré un hueco en cuanto José María me dé permiso.
Esta novela interrumpió la lectura de una novela extraordinaria y especial. "Wilt", la primera novela de la saga protagonizada por el personaje homónimo. Una gloria. Un disparate cósmico que nos relata las desventuras del apocado y maravilloso personaje ideado por Sharpe. Cualquier profesor de la secundaria actual ( y yo lo soy ) se siente absolutamente representado por este pobre y, al fin, heroico personaje. Cualquier profesor de literatura simple y llanamente sabe lo que siente Henry Wilt. Uno no puede explicar con palabras, salvo con representaciones como las que nos hace Sharpe, lo irreal que es tratar de explicar (explicar, sí) los sentimientos que debe transmitir tal o cual poema en determinadas clases como las de carne uno. Solo el nombre de carne uno para designar al grupo de futuros carniceros, por cierto importantes al final de la trama, es una genialidad.
Por supuesto, el humor es la clave. Tom Sharpe es considerado uno de los más grandes escritores ingleses en el género humorístico. Y eso, tratándose de humor inglés, es hablar en mayúsculas. Lo cierto es que la obra a partir de determinado incidente con una muñeca hinchable que ocurre casi al principio tiene un ritmo vivo y ágil. Y el humor se desparrama por todas las escenas. Las situaciones que provocan los personajes (estilizados en sus rasgos más grotescos, pero no por ellos inverosímiles) son teatrales e irreverentes, provocadoras y, de golpe, sutiles. Voy a recordar, y por supuesto ya está en mi galería de textos geniales, los diálogos entre el policía Flint y Wilt, desasosegantes para el primero, liberadores para el segundo. Wilt entiende el poder que le han dado sus años con sus inefables grupos de alumnos. Su paciencia y capacidad de distracción, armas de destrucción masiva frente al jefe de policía Flint.
Un humor basado también en malentendidos, al modo clásico, pero sobre todo basado en la apreciación sutil de las debilidades humanas. Wilt y su mediocridad; Eva, la mujer de Wilt, y su deseo vehemente de trascendencia; Flint y su estúpido empecinamiento; Los Pringsheim y su hipocresía.
En este sentido, se puede intuir que los personajes, de algún modo, nos clasifican o estereotipan a determinados tipos sociales. Los Pringsheim son un matrimonio que, en un principio obnubilan a Eva con su fachada y su parla pseudo intelectual, para finalmente mostrarse tal y como son un triste remedo de matrimonio, un espantajo de la modernidad. Eva es una aspiración permanente, pero desgraciadamente imposible de aprehender nada de lo que pretende. Una fuerza de la naturaleza, neurótica y agotadora, que dota de dimensión heroica al sufrido protagonista, Wilt. El círculo de profesores con sus eternas discusiones sobre la nada y sus ínfulas ridículas también se parodia. Pero sobre todos está la inconmensurable figura de Wilt, el pobre y sufrido Wilt. Un personaje de los grandes, un antiheróe que acaba convirtiéndose a los ojos de todos en un verdadero héroe de la modernidad, por su aguante, por su poder de convicción.
domingo, 28 de julio de 2013
viernes, 5 de julio de 2013
"UN MUNDO SIN FIN". KEN FOLLET
Segunda parte del afamado libro "Los pilares de la tierra". En este libro tenemos a los descendientes de los protagonistas y los mismos espacios. Se trata de un libro hecho con la misma factura, la historia de varias vidas, fundamentalmente la relación entre Merthin y Caris, inteligentes, decididos, justos y a contracorriente de los enemigos de lo nuevo. En ese sentido, los personajes son muy tópicos, con características bien definidas, y unos se oponen a otros en luchas de poder constantes. Los malos suelen ser muy malos debido a su conservadurismo o brutalidad y los buenos son muy buenos por su visión adelantada a su tiempo.
La historia engancha, prolija en sucesos y haciendo al lector tomar partido constante. Sin embargo, hay un error en el libro que me parece algo chapucero, y es la falta de escrúpulo del autor sobre la mentalidad de la época. El autor juega con la psicología del lector y los malos son malos por el simple hecho de tener la mentalidad de su época. Los buenos ( y perdón por usar una terminología tan simple) lo son porque se acercan más a la mentalidad de nuestra época, de hecho son un trasunto de nuestra mentalidad frente a la medieval. Eso me parece que es jugar con ventaja por parte del autor, simplificar el asunto y, desde luego, mentir descaradamente desde un punto de vista histórico. Y es una novela histórica. En ese sentido, es más de lo sustantivo que de los adjetivo.
Luego está el característico barniz cultural, con sus explicaciones sobre la construcción, sobre los modos de vida y sobre los artilugios propios de la épocas (batanes, telares, molinos...). Y aquí Follet es un maestro porque sabe cómo meter sus explicaciones sin resultar arduo, aunque también es cierto que hay muchos lectores que no soportan estas codas, que tanto dieron que hablar en "Los pilares de la tierra".
Por último, me gustaría hablar sobre el buen manejo de los espacios por parte del autor, el monasterio, la catedral, el campo de batalla e incluso la desolación que la peste deja en los campos y pueblos son lo mejor del libro. En este sentido, me gustaría destacar en un exceso de intertextualidad, la presencia del protagonista en Florencia en el año de 1348, lo que nos lleva irremediablemente a pensar en Bocaccio y su" Decamerón".
He dejado algunos libros sin reseñar en el blog, la lista es intensa, pero destaco "El Anticristo" de F, Nietszche, que me dejó sin respiración por momentos y que cuando quise escribir la reseña no pude porque me di cuenta de que necesitaba un espacio mayor. También "El libro de las horas contadas" de José María Merino, que no me ha impresionado, con algunos momentos de intensidad lírica y con historias pseudoimaginativas que se intercalan a la historia central. Me esperaba más de este autor, pero bien es cierto que es una obra menor en su trayectoria, así que trataré de leer alguna obra de referencia porque es un autor de buenas críticas y consagrado. He seguido con los cuentos de Cortázar que solazan la vida y la hacen más luminosa. Y le he dado un tiempo a la poesía: Juan Ramón, Machado, Muñoz Rojas... Autores canónicos.
Un saludo del Criticón lector.
La historia engancha, prolija en sucesos y haciendo al lector tomar partido constante. Sin embargo, hay un error en el libro que me parece algo chapucero, y es la falta de escrúpulo del autor sobre la mentalidad de la época. El autor juega con la psicología del lector y los malos son malos por el simple hecho de tener la mentalidad de su época. Los buenos ( y perdón por usar una terminología tan simple) lo son porque se acercan más a la mentalidad de nuestra época, de hecho son un trasunto de nuestra mentalidad frente a la medieval. Eso me parece que es jugar con ventaja por parte del autor, simplificar el asunto y, desde luego, mentir descaradamente desde un punto de vista histórico. Y es una novela histórica. En ese sentido, es más de lo sustantivo que de los adjetivo.
Luego está el característico barniz cultural, con sus explicaciones sobre la construcción, sobre los modos de vida y sobre los artilugios propios de la épocas (batanes, telares, molinos...). Y aquí Follet es un maestro porque sabe cómo meter sus explicaciones sin resultar arduo, aunque también es cierto que hay muchos lectores que no soportan estas codas, que tanto dieron que hablar en "Los pilares de la tierra".
Por último, me gustaría hablar sobre el buen manejo de los espacios por parte del autor, el monasterio, la catedral, el campo de batalla e incluso la desolación que la peste deja en los campos y pueblos son lo mejor del libro. En este sentido, me gustaría destacar en un exceso de intertextualidad, la presencia del protagonista en Florencia en el año de 1348, lo que nos lleva irremediablemente a pensar en Bocaccio y su" Decamerón".
He dejado algunos libros sin reseñar en el blog, la lista es intensa, pero destaco "El Anticristo" de F, Nietszche, que me dejó sin respiración por momentos y que cuando quise escribir la reseña no pude porque me di cuenta de que necesitaba un espacio mayor. También "El libro de las horas contadas" de José María Merino, que no me ha impresionado, con algunos momentos de intensidad lírica y con historias pseudoimaginativas que se intercalan a la historia central. Me esperaba más de este autor, pero bien es cierto que es una obra menor en su trayectoria, así que trataré de leer alguna obra de referencia porque es un autor de buenas críticas y consagrado. He seguido con los cuentos de Cortázar que solazan la vida y la hacen más luminosa. Y le he dado un tiempo a la poesía: Juan Ramón, Machado, Muñoz Rojas... Autores canónicos.
Un saludo del Criticón lector.
viernes, 25 de enero de 2013
"THANGATA". ALFONSO GARNICA BERGA
Libro de un autor novel, dedicado a la abogacía, amigo de un compañero de la tertulia "José Antonio Guerrero". Se trata de una historia de aventuras ambientada en Sudáfrica durante la primera guerra mundial. El eje temático se vertebra en torno a las revueltas de la población negra frente a los abusos de la población blanca. Pero no hay que pensar de que se trata de una historia social, pues estas revueltas están vistas como excusa para plasmar un mundo en donde la aventura, la caza y la heroicidad se dan de la mano.
La caza y su mundo es el motivo recurrente al que se aferra el autor. Un mundo que nos lleva al de las películas de mediados de siglo que mitificaban a los habitantes que descubrieron y esquilmaron el África colonial. Algunos momentos logrados de la novela son los que se refieren a los momentos de rececho en la caza, lo que demuestra que el autor es aficionado a la caza y conoce de primera mano estas sensaciones.
El estilo es poco trabajado y se entiende que el libro es un divertimento, una vía de escape a mundos alternativos y exóticos. El argumento mejora conforme avanza el libro, siendo el planteamiento algo aburrido, lo que en una novela de este tipo es un defecto importante.
En todo caso, lo peor del libro es la edición, pues tiene multitud de erratas que demuestran que no debe ser una editorial profesional y que no le hace un favor a autores noveles que quieren publicar a toda costa y no se dan cuenta de la necesidad de buenos correctores para paliar los defectos de escritura y que no te llene el texto de fallos.
La caza y su mundo es el motivo recurrente al que se aferra el autor. Un mundo que nos lleva al de las películas de mediados de siglo que mitificaban a los habitantes que descubrieron y esquilmaron el África colonial. Algunos momentos logrados de la novela son los que se refieren a los momentos de rececho en la caza, lo que demuestra que el autor es aficionado a la caza y conoce de primera mano estas sensaciones.
El estilo es poco trabajado y se entiende que el libro es un divertimento, una vía de escape a mundos alternativos y exóticos. El argumento mejora conforme avanza el libro, siendo el planteamiento algo aburrido, lo que en una novela de este tipo es un defecto importante.
En todo caso, lo peor del libro es la edición, pues tiene multitud de erratas que demuestran que no debe ser una editorial profesional y que no le hace un favor a autores noveles que quieren publicar a toda costa y no se dan cuenta de la necesidad de buenos correctores para paliar los defectos de escritura y que no te llene el texto de fallos.
viernes, 11 de enero de 2013
"LAS PARTÍCULAS ELEMENTALES". MICHEL HOUELLEBECQ
Uno de los novelistas franceses de referencia, polémico y provocador nos transporta a un mundo ambivalente, representado por dos hermanos, Bruno y MIchel. La novela sigue la peripecia vital de cada uno de ellos. Michel y su incapacidad afectiva es un genio de la bioquímica. Sus investigaciones y sus conclusiones son la excusa por la que se escribe la novela en un futuro lejano y de algún modo apocalíptico para la especie humana, tal y como la conocemos hoy. Pero no es esto lo realmente trascendente en la novela, desde mi punto de vista. Lo verdaderamente importante es el paralelismo vital entre los dos hermanos con prioridades distintas. Michel absorbido por la ciencia y su trabajo, incapaz de amar a la mujer que todos desearían amar. Bruno, profesor de literatura obsesionado por el sexo que, finalmente, encuentra a una mujer, Christiane, que es capaz de satisfacerle en todos los sentidos pero a la cual también acaba fallando. En conjunto, conforman un par de personalidades extrañamente patológicas y marginales.
Curiosamente, es el amor el centro de la novela, pese a su ausencia permanente en la misma. De modo claro se muestran las diferencias entre hombres y mujeres, , y su contraste a la hora de manejarse en la vida. En el hombre observamos una mayor crueldad, en la mujer un mayor altruismo. Y es esa realidad la que entre otras realidades hará que Michel tenga la intuición del cambio que se debe operar en la sociedad, una mutación metafísica operada por la ciencia moderna.
Otro de los temas que aparecen de modo transversal en la novela es la importancia del paso del tiempo, del envejecimiento, y la trascendencia que ello tiene en la sociedad occidental que hemos construido en el que impera la estética.
Además, las opiniones vertidas por los personajes sobre cuestiones sociales, el sexo y la vida, principalmente en Bruno, se acercan a la provocación y lo escandaloso. Lo que parece que es una línea que ha seguido en sus obras el autor.
El sexo y la ciencia ocupan numerosas páginas de esta novela extraña, profunda y fría. En mi opinión, la última página desmerece la novela y la aliena, es un epílogo un tanto forzado y no tiene nada que ver con la historia, pero en conjunto me parece una obra que merece mucho ser leída. Eso sí, conviene tener en cuenta que es una obra compleja tanto por su forma ( sobre todo las páginas dedicadas a las investigaciones científicas de Michel ) como por su contenido ( la frialdad de los personajes hace muy difícil para el lector la empatía con ellos ). Por mi parte, volveré a leer a Houellebecq y eso es lo mejor que puedo decir de la novela.
Curiosamente, es el amor el centro de la novela, pese a su ausencia permanente en la misma. De modo claro se muestran las diferencias entre hombres y mujeres, , y su contraste a la hora de manejarse en la vida. En el hombre observamos una mayor crueldad, en la mujer un mayor altruismo. Y es esa realidad la que entre otras realidades hará que Michel tenga la intuición del cambio que se debe operar en la sociedad, una mutación metafísica operada por la ciencia moderna.
Otro de los temas que aparecen de modo transversal en la novela es la importancia del paso del tiempo, del envejecimiento, y la trascendencia que ello tiene en la sociedad occidental que hemos construido en el que impera la estética.
Además, las opiniones vertidas por los personajes sobre cuestiones sociales, el sexo y la vida, principalmente en Bruno, se acercan a la provocación y lo escandaloso. Lo que parece que es una línea que ha seguido en sus obras el autor.
El sexo y la ciencia ocupan numerosas páginas de esta novela extraña, profunda y fría. En mi opinión, la última página desmerece la novela y la aliena, es un epílogo un tanto forzado y no tiene nada que ver con la historia, pero en conjunto me parece una obra que merece mucho ser leída. Eso sí, conviene tener en cuenta que es una obra compleja tanto por su forma ( sobre todo las páginas dedicadas a las investigaciones científicas de Michel ) como por su contenido ( la frialdad de los personajes hace muy difícil para el lector la empatía con ellos ). Por mi parte, volveré a leer a Houellebecq y eso es lo mejor que puedo decir de la novela.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
"EL ORO DEL REY". ARTURO PÉREZ REVERTE
Cuarta novela de la saga del Capitán Alatriste. El autor introduce poco a poco elementos novedosos que cada vez van haciendo a la saga algo más serio desde un punto de vista literario y, sobre todo, lingüístico. Se nota que hace méritos para ser miembro de la Academia. Su documentación es extraordinaria, como siempre. Pero a ello se le une una profusión en términos de germanías de los hablantes marginales de la época que demuestran que Pérez-Reverte no solo quiere con esta novela divertir y entretener. Aunque esta sea su intención principal.
La novela contiene los personajes habituales: los protagonistas Alatriste e Iñigo Balboa (ya iniciado en las artes de la lucha y el combate); los antagonistas Malatesta y la bella y femme fatale Angélica de Alquézar; y los secundarios basados en personajes reales comos son Quevedo y el Conde de Guadalmedina. Alrededor de ellos toda la tropa de ángeles caídos que contextualiza la España salvaje, dura, heroica y sangrienta del siglo XVII.
Desde luego, en la novela tiene una trascendencia especial el marco narrativo, las localizaciones en las que se mueven estos personajes arquetípicos y sencillos y de una eficacia certera como lo son las cuchilladas y los tajos de las espadas que blanden. El barco en el que llegan a España, el mar, Sevilla ( que toma una importancia narrativa en justa relación a la importancia que, como ciudad, tenía en el mundo como Puerta de Indias, con descripciones breves pero gráficas), la cárcel de Sevilla (que tiene un capítulo aparte para ella sola), el río Guadalquivir.
En conclusión, una novela con todas las condiciones para entretener a un público ávido de aventuras, un poco gore, es cierto, y con el habitual soniquete de Pérez-Reverte acerca de la España desagradecida, hosca y cainita, pero heroica y valiente como la que más. Pero su eficacia como lectura de ocio de calidad es indiscutible. Un saludo del Criticón Lector.
La novela contiene los personajes habituales: los protagonistas Alatriste e Iñigo Balboa (ya iniciado en las artes de la lucha y el combate); los antagonistas Malatesta y la bella y femme fatale Angélica de Alquézar; y los secundarios basados en personajes reales comos son Quevedo y el Conde de Guadalmedina. Alrededor de ellos toda la tropa de ángeles caídos que contextualiza la España salvaje, dura, heroica y sangrienta del siglo XVII.

En conclusión, una novela con todas las condiciones para entretener a un público ávido de aventuras, un poco gore, es cierto, y con el habitual soniquete de Pérez-Reverte acerca de la España desagradecida, hosca y cainita, pero heroica y valiente como la que más. Pero su eficacia como lectura de ocio de calidad es indiscutible. Un saludo del Criticón Lector.
martes, 6 de noviembre de 2012
"LA MANDRÁGORA". NICOLÁS MAQUIAVELO
Comedia teatral del conocido pensador y teórico político que se atiene a las estructuras básicas y protótipicas del subgénero de la comedia de enredo. En este sentido, lo que se cuenta en la obra apenas tiene importancia, todo lo que se plantea está mil veces planteado en el teatro de la época y, posteriormente lo elevarán a sus máximas cotas los autores del Siglo de Oro español con cierta relajación de la moral y las costumbres aceptadas por causas genéricas. Así el leit motiv que planea toda la obra es el engaño. Toda una galería de tipos diversos se ponen de acuerdo para que el enamorado ( si así podemos catalogarlo, pues su único deseo es gozar sexualmente de la esposa) pase una noche con la mujer de un burgués simplón y bobo.
Destaca en la obra la sutil arquitectura dramática del progresivo enredo en el que inevitablemente caerá el marido cornudo, algunos diálogos que lindan con un humor absurdo y los habituales dobles sentidos, juegos de palabras y alusiones al sexo.
En sentido contrario, la obra peca de excesivo maniqueísmo en la presentación de los personajes, que son muy planos, algo lógico dada la intención meramente de entretenimiento de la obra.
En cuanto al contenido de esta pieza teatral destaca el muestrario de iniquidades, así vemos como el provecho carnal es el fin último del personaje principal, Callimaco. Ligurio solo ayuda a este por beneficio privado y por una malsana índole personal. El fraile es el peor visto pues solo está interesado en el beneficio económico, el anticlericalismo de la obra es palmario. La madre por una especie de goce subsidiario. Resulta difícil discernir qué hay de adaptación a los moldes establecidos por el género, con sus pautas y registros propios y qué hay de ideología propia de Maquiavelo. Desde luego, casa muy bien con su famoso tratado político "El Príncipe" el logro de los objetivos por todos los medios y sean estos cuales fueren, morales o no. Pero, si en esta segunda obra vemos al tratadista serio y riguroso, al autor humanista que categoriza y postula principios político-filosóficos que todavía se estudian en las universidades del mundo, en "La Mandrágora" juega con estas ideas y no se percibe la seriedad de la que hablamos.
Destaca en la obra la sutil arquitectura dramática del progresivo enredo en el que inevitablemente caerá el marido cornudo, algunos diálogos que lindan con un humor absurdo y los habituales dobles sentidos, juegos de palabras y alusiones al sexo.
En sentido contrario, la obra peca de excesivo maniqueísmo en la presentación de los personajes, que son muy planos, algo lógico dada la intención meramente de entretenimiento de la obra.
En cuanto al contenido de esta pieza teatral destaca el muestrario de iniquidades, así vemos como el provecho carnal es el fin último del personaje principal, Callimaco. Ligurio solo ayuda a este por beneficio privado y por una malsana índole personal. El fraile es el peor visto pues solo está interesado en el beneficio económico, el anticlericalismo de la obra es palmario. La madre por una especie de goce subsidiario. Resulta difícil discernir qué hay de adaptación a los moldes establecidos por el género, con sus pautas y registros propios y qué hay de ideología propia de Maquiavelo. Desde luego, casa muy bien con su famoso tratado político "El Príncipe" el logro de los objetivos por todos los medios y sean estos cuales fueren, morales o no. Pero, si en esta segunda obra vemos al tratadista serio y riguroso, al autor humanista que categoriza y postula principios político-filosóficos que todavía se estudian en las universidades del mundo, en "La Mandrágora" juega con estas ideas y no se percibe la seriedad de la que hablamos.
martes, 23 de octubre de 2012
"LAS LANZAS COLORADAS". ARTURO USLAR-PIETRI
Esta novela del escritor y comunicador venezolano Arturo Uslar-Pietri tuvo un gran éxito al publicarse y dio relevancia cultural a lo que ya venía siendo el incipiente boom de la narrativa hispanoamericana. Ya el título es significativo, pues será la guerra la gran protagonista de la novela, que será su marco narrativo y resonará, palpitante, a lo largo de las encendidas páginas de la misma.
El autor, con un indudable aliento lírico en su prosa, que nos trae reminiscencias modernistas, sobre todo en sus descripciones, y una polifonía muy bien trabajada con una mezcla de oralidad y lirismo, nos recrea en la novela una guerra de ideales y de sangre absurdamente vertida, de esclavos y señores, de derrotas y más derrotas, de barbarie. El hilo argumental se centra en dos figuras antagónicas, el brutal y primitivo Presentación Campos que se presenta al lector como "una proa de un barco, mulato,del que todos a su paso se apartaban". Con alma de amo, pero capataz al servicio de la otra figura relevante de la novela: Don Fernando. Es este la antítesis de Presentación, débil, irresoluto, de estirpe de borrachos y hombres brutales, de infancia solitaria y amargada, de espíritu vacilante y utópico. Muestra de la forma de ser de Don Fernando podría ser esta cita:
El clímax de la novela lo vemos en la rebelión de Presentación Campos frente a su amo, rebelión atroz en la que éste se lanza violentamente a la guerra, sin ideales, solo por el afán natural de su propia fuerza interior, porque como él mismo se define es un macho, decidiendo en el último momento a qué bando unirse:
Termino mi crítica con unas palabras de reflexión de Don Fernando, hombre que no está hecho para la guerra, y que transmiten un profundo mensaje antibélico:
Un saludo del Criticón Lector.
El autor, con un indudable aliento lírico en su prosa, que nos trae reminiscencias modernistas, sobre todo en sus descripciones, y una polifonía muy bien trabajada con una mezcla de oralidad y lirismo, nos recrea en la novela una guerra de ideales y de sangre absurdamente vertida, de esclavos y señores, de derrotas y más derrotas, de barbarie. El hilo argumental se centra en dos figuras antagónicas, el brutal y primitivo Presentación Campos que se presenta al lector como "una proa de un barco, mulato,del que todos a su paso se apartaban". Con alma de amo, pero capataz al servicio de la otra figura relevante de la novela: Don Fernando. Es este la antítesis de Presentación, débil, irresoluto, de estirpe de borrachos y hombres brutales, de infancia solitaria y amargada, de espíritu vacilante y utópico. Muestra de la forma de ser de Don Fernando podría ser esta cita:
"El pensamiento era como una tentación. Como una provocación a someter la vida a un principio, a una ordenación, a una regla. Al fin, habría de decidirse, y decidirse era prescindir de otras muchas cosas igualmente posibles y deseables. Escoger era renunciar. Más valía estarse echado en tierra sin pensar en nada."Palabras ciertamente premonitorias en los primeros capítulos sobre su final. Alrededor de ambos vemos una novela coral, que muestra las crueldades de la guerra. Vemos al idealista Bernardo y al romántico inglés David, a los que la guerra cercena sin gloria sus grandes sueños. Vemos a los esclavos en su repugnante estado, a los líderes de cada bando de manera tangencial, a las mujeres que sufren de manera bestial los rigores de la barbarie, como Dª Inés, hermana de Don Fernando, y La Carvajala.
El clímax de la novela lo vemos en la rebelión de Presentación Campos frente a su amo, rebelión atroz en la que éste se lanza violentamente a la guerra, sin ideales, solo por el afán natural de su propia fuerza interior, porque como él mismo se define es un macho, decidiendo en el último momento a qué bando unirse:
"...No era un hombre. Era una energía desatada y destructora".Si Presentación medra en su contexto gracias a sus hazañas bélicas y su sentido salvaje y primario de la vida, Don Fernando salva la vida gracias a su miedo en capítulos paralelos. Pero la guerra, insaciable, pone a cada uno en su sitio.
Termino mi crítica con unas palabras de reflexión de Don Fernando, hombre que no está hecho para la guerra, y que transmiten un profundo mensaje antibélico:
"Se daba perfecta cuenta de la cobardía suya al huir ante Boves; pero la vida le resultaba un argumento tan convincente, tan poderoso, que cualquier razón que la apoyara le parecía suficiente y buena".
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