viernes, 25 de agosto de 2017

"LA VIDA NEGOCIABLE". LUIS LANDERO

     Landero domina el arte de contar como pocos en español. Es un autor al que los críticos suelen ponerle la vitola (orgullo que debe de dar, por cierto) de escritor de raigambre cervantina. No hay duda de que el estilo y la forma de novelar del autor extremeño se cohonestan muy bien con esta etiqueta. La prosa de Landero fluye y maravilla a partes iguales. Sus dotes de narrador tienen ese poso mágico del embaucador, el trilero que sorprende con sus trucos geniales, lleno de humor y fluidez narrativa.

    La vida negociable es una novela de personaje, contada en primera persona, que muestra las luces y sombras de un peluquero (a su pesar) que con sus palabras imanta la atención de un lector, que es más que nada escuchador, de las andanzas de un hombre desde su niñez hasta el momento presente en que se halla, ya maduro. El relato de los hechos nos muestra a un personaje muy de Landero. En este sentido, el personaje recuerda algo a su personaje icónico de "Juegos de la edad tardía", Gregorio Olías, ya un clásico consolidado de la literatura en español . Porque lo que mueve al protagonista es un afán desmedido, el personaje es una especie de soñador impenitente con una escasa capacidad para llevar a cabo esas ensoñaciones. A la vez, es un tipo mezquino, pero simpático, pues su verborrea, su prolija palabrería y su constante caída en la mediocridad hace que nos apiademos, que empaticemos con este tipo ruin pero también quijotesco y perdido en el mar, tan conocido por todos, de la insatisfacción y los sueños rotos. Si en "El balcón en invierno" el autor contaba su propia historia, y eso lo convertía en un libro más serio, en este libro Landero vuelve a lo que mejor, según mi parecer, se le da, las lindes entre lo trágico y lo cómico, la captación de un alma que se ve abocada al fracaso entre sus ambiciones y lo que realmente puede dar de sí. Pero este hombre, Hugo, tiene algo que es impagable para el lector, es su capacidad de narrar al modo clásico.

     Sus relaciones son pocas y complicadas y, generalmente acaban en fracaso por su mal comportamiento. Especial atención hay que mostrar a la relación con sus padres, con los que se comporta como un tirano, dado que conoce sus secretos.  O su relación con Leo, que es primero su amiga, luego su novia y, por último, su mujer. Su amor es tan extraño, tan alejado de romanticismo y tan real y patético que conmueve. Su imagen en el banco final es esclarecedora y definitiva.

    Sus discursos sobre diferentes temas como el tedio, el amor en sus diferentes vertientes o las ideas de los otros; sus mezquindades, arrepentimientos y vueltas a las andadas, su personalidad basculante y cargada de obsesiones nos elevan a la Alta Literatura en la propuesta de este autor que, cuando se pone, es uno de los más atractivos en español.

martes, 22 de agosto de 2017

"TODO ESTO TE DARÉ". DOLORES REDONDO

     Esta novela de la exitosa autora vasca se adjudicó el premio Planeta 2017. Sigue la línea de los últimos premios, novelas muy entretenidas, que enganchan a todo tipo de lector y con autores o autoras de gran tirón mediático que, no obstante, dominan el arte de escribir. La soltura con la que la autora nos lleva de la mano en los acontecimientos narrados es prueba del dominio técnico que, sin duda, acapara.

     Es una novela de estructura sencilla en la que el tema principal recoge la investigación que realiza un grupo de personas dispar sobre una muerte extraña. Cada uno de los integrantes de este grupo tiene causas muy diferentes para llevar a cabo esta investigación. El marido de la víctima, un guardia civil homófobo y un cura amigo del finado poco a poco van observando que se dan circunstancias en el caso para considerar que lo que ha sido considerado un accidente ha sido en realidad un asesinato. Sobre la trama no diré mucho más, porque al ser una novela de indagaciones y descubrimientos, de sorpresas en el camino y giros argumentales no parece oportuno estropear al lector estas cuestiones.

     Destaca en la novela, como en casi toda novela de entretenimiento (utilizo esta etiqueta solo como descripción, no con un matiz valorativo o peyorativo) un gran trabajo de documentación previa e investigación sobre el marco general sobre el que se mueve la novela. En este caso, el contexto sobre el que nos movemos en la novela es la bellísima Ribeira Sacra, rincón idílico y a veces desconocido de Galicia con particularidades que se ponen de manifiesto en la obra. Los cañones del Sil, con sus fastuosas panorámicas, sus costumbres inveteradas, su orballo y sus nubes permanentes se nos presentan, para cualquiera que las conozca, con la nitidez de lo vivido y sentido. En este sentido, la novela es una buena guía de viajes y un reclamo al viajero.

    Entre las peculiaridades que se manifiestan con más claridad en la novela aparecen, principalmente, la relación de la Ribeira Sacra con el mundo del vino, el carácter de las gentes del interior gallego y las costumbres, un tanto exageradas por parte de la escritora desde mi punto de vista, relacionadas con el respeto a las casas nobiliarias y lo que ello supone en los pueblos. Me quedo con los capítulos dedicados al vino y su proceso de creación. Lo peculiar del la vid de la Ribeira Sacra es su disposición escalonada en los cañones, la belleza que supone ver un paisaje así mientras se navega evoca momentos vividos en lo personal, pero si a ello se suma las explicaciones de la dificultad de recolección de la uva y la implicación de los bodegueros se puede entender el porqué pongo el foco de la novela en estos pasajes.

     La descripción de los paisajes gallegos está bien conseguida: la elegancia de los pazos, las sensaciones meteorológicas y la vegetación presente contextualizan la historia. Una historia que al final es un canto a la amistad, a la desaparición de los prejuicios y a una tierra que aconsejo a quien no la ha visto que la visite.

    Un saludo de El Criticón Lector.