viernes, 8 de enero de 2016

"LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS". PAOLO GIORDANO

     Este título fue un bombazo editorial en el año 2008 en Italia y en el 2009 en el ámbito de las letras hispánicas. Lo cierto es que ya desde el mismo título, envolvente y misterioso, la novela ejerce un fuerte poder de atracción. Una novela que aúna cierto componente matemático con una historia amorosa extraña y limitada. El título encierra una poderosas metáfora de lo que nos vamos a encontrar en la trama novelesca. La soledad de los números primos es esa soledad de saberse incomunicado con el resto de números, ajenos a cualquier relación. De hecho, el autor nos coloca ante los llamados números primos hermanos, aquellos, que, como el 17 y el 19, siempre tienen un otro número en medio que no les permite el contacto cercano. Pongan personas donde he puesto números y se entenderá de qué va la historia.

      Con la premisa anterior se mueve la novela, este es el leit motiv de la misma, cómo no podía ser de otro modo esto conlleva un poso de tristeza constante en el lector que ve cómo la incapacidad afectiva de los protagonistas, dos seres que realmente se quieren, imposibilita la relación amorosa. Una historia de amor inconcluso, una historia de una cercanía que nunca ( o casi nunca, mejor dicho) llega al contacto. Desde esta perspectiva, el tiempo de la trama es fundamental, pues vemos a los protagonistas crecer desde la infancia hasta la madurez en momentos determinantes de sus vidas. Es en esos momentos que toda persona sabe identificar en sus vidas cuando la toma de decisiones desencadenan los efectos de lo que va a ser la propia vida, muy a menudo, sin  posibilidad de vuelta atrás. 

    El libro está centrado en los dos personajes principales, Mattia y Alice, y en su devenir vital. En este devenir hay dos circunstancias iniciáticas que marcan las vidas de ambos. Se trata de dos acontecimientos trágicos en la infancia, que, por ser el principio de la historia me permito desvelar. En el caso de Alice es un accidente de esquí y en el caso de Mattia la pérdida de su hermana gemela por su culpa. Estos hechos van a tener como principal efecto una serie de déficit en la personalidad de cada uno. En el caso de Alice va a suponer una indiscutible falta de personalidad que le hará necesitar la aprobación de los demás o requerirá el apoyo en su imagen personal con problemas alimenticios constantes como una anorexia constantemente presente. Mattia, por otro lado, tendrá que lidiar con una imposibilidad manifiesta para mostrar sus sentimientos, pese a su inteligencia sobredotada. Para compensar esta falta Mattia se automutilará en el plano físico el resto de su vida. Parece que con el dolor pretende contrarrestar su  incapacidad afectiva. Como se puede observar, dos personalidades al límite que en su desencuentro con el mundo acaban por acercarse y quererse.

     Dos temas tienen relevancia estructural  dentro de la novela, en primer lugar destaca la imagen de la familia. Tanto en uno como en otro caso observamos, algo perplejos, cómo la progresión en el alejamiento de lo que viene a ser el soporte habitual en el común de las personas lleva a los personajes a un desencuentro triste con los progenitores, que acaban siendo unos extraños para sus propios hijos. Por otro lado, merece la pena recalcar la importancia que da el autor, sobre todo en la figura de Mattia, a las matemáticas. La novela está regada con constantes alusiones a asuntos geométricos y a los números naturales y el cálculo. Por supuesto, son alusiones ligeras, sin complejidad para un lector medio.

     Para concluir, hablamos del final del libro sin desvelar nada importante de la historia. El final es también un principio. En el caso de Mattia, con esa visión tan simbólica que es el amanecer y que en la historia tiene cierta relevancia, observamos un posible amanecer en la persona de Mattia, en el que los sentimientos parecen dispuestos a brotar de esa cápsula hipercerrada en que ha convertido su intimidad. Alice, también tendrá su momento ave fénix, un encuentro con la independencia personal en el que la vida cobra importancia por sí misma. 

     En definitiva, nos encontramos con un libro cautivador, que maneja muy bien las sutiles taras con que la vida nos va impregnando el alma y que, con una representación de momentos concretos de dos biografías problemáticas, nos lleva de la mano en una historia de amor diferente, llevada a cabo por personajes también diferentes por lo incompletos y heterodoxos que son. Y eso es todo por nuestra parte. Un saludo de el Criticón Lector.

viernes, 1 de enero de 2016

"UN GIRO DECISIVO". ANDREA CAMILLERI

     Dentro del género novela policíaca destaca por su éxito internacional Andrea Camilleri con su creación de la saga del comisario Montalbano. Este ya es un clásico en nuestras librerías cada cierto tiempo. En esta historia se nos muestra a un Montalbano ya cansado, que paga su veteranía con el exceso de equipaje anímico y con la intención primera de dimitir. Pero el Comisario se topará de bruces, y nunca mejor dicho, con un nuevo caso que le atrapará dada su implicación emocional.

      La historia que se nos presenta, una investigación sobre un encuentro casual con un muerto en el mar y, por tanto una trama más dentro del cúmulo de investigaciones rutinarias en un departamento de homicidios, confluye poco a poco con una historia de mayor calado tanto desde el punto de vista social como desde el punto de vista moral. Es aquí donde la historia toma fuerza y se produce el encuentro con el horror en su grado más alto.

      No resulta problemático desvelar que la trama tiene que ver con las mafias clandestinas que trafican con inmigrantes. En esta historia la implicación de Montalbano es mayor, pues un acontecimiento casual le dejará tocado en su lado humano.

      Alrededor del Montalbano vemos al elenco habitual de secundarios, como Catarella que aporta ese contrapunto de humor a una historia por momentos excesivamente cargada de truculencia. Ingrid que es el único personaje femenino con relevancia y que, por pura casualidad, se convierte en esencial en la resolución del caso. Además, aporta ese punto erótico que relaja la historia. Y, por supuesto, personajes habituales como el subinspector Augello y el comisario Fazio.

     Como toda novela negra hay un reflejo de la sociedad del momento, una sociedad en la que las manifestaciones multitudinarias ( la novela se escribió en 2003, en los inicios de la crisis internacional), el acoso a la corrupción policial y, como ha quedado reflejado, el doloroso trasiego marítimo de los inmigrantes son problemas generalizados y acuciantes. Si bien es cierto, que el reflejo de estos problemas, salvo el último de ellos que es tema principal en la novela, no se muestran con la suficiente contundencia y complejidad como en otras novelas policiacas más extensas, como por ejemplo las nórdicas. Digamos que, al igual que hace con el estilo, Camilleri se limita a contar la historia detectivesca, una historia de hondura trágica contada con una prosa sin alharacas ni efectismos.

      Por último, me gustaría comentar la indiscutible influencia del detective Carvalho, creación del malogrado Vázquez Montalbán, en la formación de Montalbano. Su recreación en la gastronomía como modo de vida típicamente mediterráneo y como descanso mental ante los sucios avatares de la profesión policial se presenta al lector con insistencia rutinaria. Sin embargo, en el sentido de la formación del personaje, Montalbano es más duro, un policía con más costra,  que el Carbalho que recuerdo.