jueves, 26 de diciembre de 2013

"ME DESEÓ FELICES SUEÑOS". MASSIMO GRAMELLINI

     Pequeño libro (unas doscientas páginas) de gran sencillez que cuenta la vida del propio autor, sus experiencias después de un trauma de infancia,  y cómo este le marcó toda su existencia. El relato de algún modo nos habla del dolor de la pérdida y de cómo esta resulta difícil gestionarla.

     La prosa empieza siendo muy simple desde la perspectiva de un niño y su inocencia. Ese niño se va convirtiendo en un inadaptado, con muestras constantes de rencor social y que rechaza su situación. El abandono es el sentimiento que más nos pretende mostrar el autor unido a la sensación del protagonista de estar tocado por la mala suerte,  Todo ello mezclado con un mundo de adultos que él entiende que no lo acompaña, principalmente su tata y su padre.

     El niño y el adolescente crecen y lo hacen con una clara incapacidad afectiva. Pero el libro nos muestra un camino de superación y de aceptación con sorpresa final. Pues es en la impostura donde se encontró el protagonista durante cuarenta años. La verdad será necesaria para el desarrollo personal.
  
    Dejo un par de enunciados del libro que me han parecido intensos y manifiestan el tono del libro:

"En el fondo, mi vida es la historia de los intentos que he hecho de tener los pies sobre el suelo sin dejar de alzar los ojos al cielo".
"Los si son la marca de los fracasados. En la vida uno se hace grande a pesar de". 
    En definitiva, la historia de una vida apagada en busca constante por alcanzar la dignidad  y las excusas persistentes que el protagonista se da para no conseguirlo. Una vida marcada por el miedo.

     En  conclusión, una novela de factura sencilla, sin alardes, con intención catártica y vocación de libro de  autoayuda. Un libro que es una confesión y unas memorias, con un final interesante en cuanto a lo argumental, pero abrupto en lo relativo al cambio personal del narrador protagonista. Y nada más. Un saludo del Criticón Lector. 

jueves, 12 de diciembre de 2013

"CUENTOS COMPLETOS". TRUMAN CAPOTE.

    La lectura de los cuentos de Capote nos muestran una obra densa y abigarrada, con unas características muy definidas y unas cualidades artísticas preñadas en sensibilidad. Los cuentos son muchos y en conjunto suman un volumen de unas trescientas páginas. Las paredes están frías, Un visón propio, La botella de plata, Miriam, La leyenda de Preacher, Mi versión del asunto, Un árbol de noche, El halcón decapitado, Cierra la última puerta, Niños en los cumpleaños, Profesor Miseria, La ganga, Una guitarra de diamantes, Una casa de flores, Un recuerdo de Navidad, En la antesala del Paraíso, El invitado de acción de gracias, Mojave y Una Navidad son el conjunto de cuentos que escribió el autor de A sangre fría a lo largo de su compleja vida.

     Vistos en su conjunto destaca el interés del autor en presentar a personajes perdidos, en muchísimos casos desequilibrados, en situaciones corrientes. Esta leve locura ( en formas variadas de esquizofrenia, neurosis, paranoia) se manifiesta siempre en contextos  no propicios y en muchos casos desembocantes en la soledad. También la pobreza, no como tema principal, sino como pátina presente por la Gran Depresión en su Alabama natal, se convierte en una presencia constante en la obra. Uno de los aspectos que más me ha ganado, quizá por afinidad creativa, es el trato respetuoso y entrañable que tiene el creador con sus personajes, tocados muchos de ellos con el don de la inocencia, sobre todo conforme los cuentos van siendo publicados más tarde, es decir, en fechas en las que a Capote más le costaba escribir y ser creativo abrumado por su propia leyenda y su decrepitud personal. Aparece también en estos Cuentos Completos un gusto por lo estético en su aspecto más exterior y kitsch con párrafos descriptivos relacionados siempre con la vestimenta y la decoración.

     No voy a analizar todos porque sería tedioso pero sí aportaré unas palabras para aquellos que más me impactaron:
     - La botella de plata en donde la pobreza y la inocencia se ven recompensadas e, incluso, mitificadas.
     - La leyenda de Preacher, en donde un viejo pobre, negro y analfabeto confunde la realidad con la ficción. Su inocencia, su credulidad y su fuerza arraigada en valores religiosos es de una ternura doliente.
    - El halcón decapitado, un cuento largo que habla de las relaciones imposibles pese al amor, pues la locura todo lo engulle, pese a su poder de atracción.
    - Profesor Miseria, en el que el solo título ya es sugerente, y la idea del texto es poderosísima, hablamos de un ladrón de sueños. Es un cuento que se sale algo del tenor de los demás, pero ahonda en la sugerencia, en el lirismo y en un ambiente onírico perturbador.
    - Una guitarra de diamantes, probablemente el que más me ha gustado, con alma de clásico, muy cinematografico. Donde tienen cabida la cárcel, la soledad, la vejez, la falta de ilusión, el abandono, la deslealtad. Un personaje desgarrado con un poso de humanidad que llega directo al corazón.
     - Un recuerdo de Navidad, un cuento de Navidad tamizado con la memoria de la amistad. Pleno de ternura.
    - Mojave, en donde hay un potente ejercicio de estilo, con narración dentro de narracion, donde acechan y se estudian los problemas matrimoniales en matrimonios que se asientan en débiles artificios. Evocador, fantástico, con personajes poderosos rebosantes de debilidades, en una sociedad de las clases altas superficial y raquítica en lo que se refiere a las defensas en el terreno anímico y sentimental.

    Cito en relación a la inocencia de la que hemos hablado, un texto revelador con un colofón metafórico inmejorable : " ...Empecé a compadecerme de mí mismo, a comprender lo que significa estar desamparado y a entender por qué es bueno que los budistas envíen a mendigar a los monjes jóvenes. Es purificante. Elimina la última capa de grasa infantil".

martes, 10 de diciembre de 2013

"EL EXAMEN". MARCOS GUALDA

     "Un delirio entre sintáctico y galáctico". Con esta incierta definición me dedicó el autor este libro extraño que ahonda en lo absurdo en un futuro apocalíptico, la posposcrisis. Gualda nos introduce de lleno en un mundo en el que lo sexual, y lo que se ha dado en llamar la cuestión de género, es a veces perturbador y otras devastador, por lo deshumanizante. Un hombre, Cacuito Trocho, en un via crucis muy personal, y que en ocasiones tiene concomitancias con el de Jesucristo, aunque con intención desacralizadora, paródica y a modo de farsa. El autor se burla de todo, de la religión, de la burocracia, del sexo y de la propia muerte ( no en vano uno de los momentos más desopilantes es el ascenso, cual Sísifo desnudo y con máscara de gas,  en el que a mitad de camino observa en primera persona los que es una prueba de la aniquilación de lo masculino). Uno transita por la novela sin saber bien si está ante una broma de mal gusto o la realidad que observa trasciende la mera caricatura. A decir verdad creo que el autor es un poco cachondo y hace ambas cosas,  pretende jugar con el lector a que participe. Tal y como está haciendo en la página web del mismo libro y con sus presentaciones-perfomance, abiertas a provocar en el espectador-lector un zarandeo, a veces desde el desagrado.

     Obviamente, lo escatológico y  lo abiertamente sexual aparece delimitado como uno de los centros de la novela. El sexo visto por un macho en un mundo dominado - tiranizado, más bien - por las mujeres, aquí Elena Valquemado, La Superioridad,  se convierte en un personaje aterrador y acechante.  En este ambiente lascivo, carnavalesco, perturbador, lo onírico también tiene su importancia. Los sueños del protagonista son una parte más del delirium tremens que por momentos es la novela. Un pasaje bello es aquel en el que plantea cómo los sueños lo acompañan al estar despierto, y claro, cuando el sueño es orgásmico, ya pueden imaginar. Sin embargo, Gualda se reserva su derecho a la ternura por momentos, pues tras la pus y las lombrices salidas del culo toda la novela es un acto de amor, un intento desesperado por conseguir a su hija, su custodia, su presencia. Se perciben  cuentas pendientes en la biografía del autor.

     A mi juicio, lo mejorable del libro es la elección de los nombres de algunos personajes, el propio protagonista Cacuito Trocho, Moco entero, Medio moco. También la estructura y cohesión de la novela deja que desear, pues por momentos nos encontramos ante un deslavazado conjunto de escenas en la vida de Cacuito. Probablemente, esta desintegración es querida por el autor, como un signo más de la decadencia y desestructuración del futuro propuesto y de la vida del protagonista. Protagonista que es un extraño alter ego de Gualda, a juzgar por la cuidada portada del libro, de la joven editorial onubense Niebla.