domingo, 20 de mayo de 2012

"LOS PLACERES PROHIBIDOS". LUIS CERNUDA

     Normalmente, leo poemas sueltos y no poemarios, pero me vino a las manos un librito de Luis Cernuda, uno de mis poetas de cabecera, y no pude resistir leerlo con la atención que el poeta que me ha dado tan extraordinarios momentos se merecía."Los Placeres Prohibidos" es dentro de su obra "La Realidad y el Deseo" uno de los más conocidos. Encontramos aquí algunos de sus poemas más conocidos como No decía palabras o Si el hombre pudiera decir o el aún más famoso Te quiero.

     Cernuda en esta obra es más cernudiano que nunca. Me explico. En este poemario el poeta muestra todo el conjunto de cualidades y atributos que desde escolares nos han enseñado de él. Su cercanía con el surrealismo, ese surrealismo de baja intensidad, que nos colma los poemas con imágenes oníricas y visionarias, a las que guía un sentido no especialmente complejo de vislumbrar. Se nos ofrece Cernuda también embriagado de hiperestesia, anegado de ese exceso de sensibilidad que siempre ha sido una de las características que más ha atraído del poeta. Y, por supuesto, la sensualidad vista desde un prisma de lo prohibido, como el mismo título indica. Una sensualidad repleta de  esbeltos adolescentes y cuerpos juveniles que en el imaginario del poeta son la imagen principal de la Belleza. Pero, sobre todas las cosas se muestra al gran poeta del amor maldito e imposible, al gran poeta del amor henchido de deseo frustrado como muestran estos trágicos versos:

     "...Tú nada sabes de ello,
      Tú estás allá, cruel como el día,
      El día, esa luz que abraza estrechamente un triste muro,
      Un muro, ¿no comprendes?,
      Un muro frente al cual estoy solo".

     Es este conjunto de poemas además en el que el poeta proyecta su rebeldía ante las convenciones morales de la época que cercenan su ansia de posesión de la belleza y le impiden su plena satisfacción y es aquí donde entra a escena otra de los consabidos tópicos sobre la obra y la vida de Cernuda, la influencia que tuvo su homosexualidad en su obra, pues es aquí  donde con más claridad nos la muestra. Pero siempre me pareció injusto que de Cernuda lo primero que se estudiara fuera su condición sexual, desde la primera vez que lo leí en mis años juveniles, porque su maestría, su exquisita sensibilidad, su hondura lírica y  su vagaje literario con un crecimiento sostenido a lo largo de toda su vida convierten a este poeta en cima de toda nuestra literatura y si no me creen abran un libro suyo y vean. Recomiendo a los jóvenes: No decía palabras,  Si el hombre pudiera decir y Te quiero. Para los que son un poquito maduros Veía sentado. Un saludo y la próxima entrada la reservo para uno de los autores más leídos del mundo hispanoparlante, Carlos Ruiz Zafón. El Criticón Lector.


lunes, 7 de mayo de 2012

"EL JUGADOR". F. DOSTOIEVSKI

     Dostoievski es uno de los grandes, eso es por todos conocido. Esta obra es una prueba clara de ello. El autor ruso consigue diseccionar el alma de un jugador y lo hace enseñándonos el proceso de transformación psicológica, como hacen los buenos autores realistas. El juego y su adicción se van convirtiendo en la fuerza de la novela como si estuviéramos ante una metástasis que todo lo va devorando, principalmente el alma y la voluntad de las pobres marionetas en que se van convirtiendo los personajes, fundamentalmente Alexei, el personaje principal que cuenta la historia en primera persona, logrando con ello que el lector conozca de primera mano el poder destructivo de la ludopatía.


     Parece ser que Dostoivski conocía por propia experiencia el vicio del juego y su poder devastador sobre las voluntades, de hecho perdió su fortuna en Centroeuropa, como el protagonista de  la novela. Lo cierto es que vemos el proceso de degradación del personaje (y a todos los que lo rodean) con cierto sentimiento de comprensión porque lo que el autor consigue es dotar de humanidad al mismo. Vemos a un hombre dominado por las pasiones, primero por el afán de conquista a una mujer en apariencia inaccesible para un pobre tutor, por la diferencia económica y social entre ambos. Aquí vemos esa constante en la obra de Dostoievski, el desprecio por un sistema que endiosa el dinero, como vemos en estas citas.

"¿Por qué necesito dinero, pregunta usted? ¿Cómo que por qué? El dinero es todo" .
"Claro que hay un motivo- dije -, pero temo no saber cómo explicarlo. Sólo que con el dinero seré para usted otro hombre, y no un esclavo".
     Con el paso de los capítulos el joven protagonista va perdiendo su voluntad en favor del juego pretiriendo a la bella Polina hasta llegar a mostrarnos esas páginas finales en las que se muestra la agitación interior de un personaje que lucha con todas sus fuerzas para salir del hoyo y trata de autoconvencerse de que es posible, pero el lector, con la mirada compasiva que Dostoievski nos ha hecho tener, sabe que está atrapado en la maraña de los números de la ruleta.

"...¿Qué soy yo ahora? Un cero a la izquierda. ¿Qué puedo ser mañana? Mañana puedo resucitar de entre los muertos. Y empeza a vivir de nuevo. Aún puedo, mientras viva, rescatar al hombre que va dentro de mí"
     Vemos así cómo el dinero hace la hombría y el protagonista se puede contar de nuevo entre los hombres dependiendo del signo que el azar distribuya. Pero Alexei es plenamente consciente de este hundimiento en las aguas estancadas del juego:

" Vivo, ni que decir tiene, en perpetua zozobra; juego cantidades muy pequeñas y estoy a la espera de algo, hago cálculos, paso días enteros junto a la mesa de juego observándolo, hasta lo veo en sueños; y de todo est deduzco que voy como insensibilizándome, como hundiéndome..."
     Otro de los aspectos a tener en cuenta de la novela es el relacionado con el estudio de las idiosincracias nacionales con un especial énfasis en el análisis de la forma de ser y actuar rusa y la crítica, casi podríamos decir feroz, a la francesa.

     En definitiva, Dostoievski como la crítica especializada propone con insistencia es un gran pintor de almas, y esta obra destaca en este sentido, almas casi siempre atormentadas y torturadas por fuerzas que les sobrepasan y que componen personajes de gran calado trágico. Una pequeña obra maestra. Saludos del Criticón lector.