martes, 23 de octubre de 2012

"LAS LANZAS COLORADAS". ARTURO USLAR-PIETRI

   Esta novela del escritor y comunicador venezolano Arturo Uslar-Pietri tuvo un gran éxito al publicarse y dio relevancia cultural a lo que ya venía siendo el incipiente boom de la narrativa hispanoamericana. Ya el título es significativo, pues será la guerra la gran protagonista de la novela, que será su marco narrativo y resonará, palpitante, a lo largo de las encendidas páginas de la misma.

     El autor, con un indudable aliento lírico en su prosa, que nos trae reminiscencias modernistas, sobre todo en sus descripciones, y una polifonía muy bien trabajada con una mezcla de oralidad y lirismo, nos recrea en la novela una guerra de ideales y de sangre absurdamente vertida, de esclavos y señores, de derrotas y más derrotas, de barbarie. El hilo argumental se centra en dos figuras antagónicas, el brutal y primitivo Presentación Campos que se presenta al lector como "una proa de un barco, mulato,del que todos a su paso se apartaban". Con alma de amo, pero capataz al servicio de la otra figura relevante de la novela: Don Fernando. Es este la antítesis de Presentación, débil, irresoluto, de estirpe de borrachos y hombres brutales, de infancia solitaria y amargada, de espíritu vacilante y utópico. Muestra de la forma de ser de Don Fernando podría ser esta cita:

"El pensamiento era como una tentación. Como una provocación a someter la vida a un principio, a una ordenación, a una regla. Al fin, habría de decidirse, y decidirse era prescindir de otras muchas cosas igualmente posibles y deseables. Escoger era renunciar. Más valía estarse echado en tierra sin pensar en nada."
       Palabras ciertamente premonitorias en los primeros capítulos sobre su final. Alrededor de ambos vemos una novela coral, que muestra las crueldades de la guerra. Vemos al idealista Bernardo y al romántico inglés David, a los que la guerra cercena sin gloria sus grandes sueños. Vemos a los esclavos en su repugnante estado,  a los líderes de cada bando de manera tangencial, a las mujeres que sufren de manera bestial los rigores de la barbarie, como Dª Inés, hermana de Don Fernando, y La Carvajala.

     El clímax de la novela lo vemos en la rebelión de Presentación Campos frente a su amo, rebelión atroz en la que éste se lanza violentamente a la guerra, sin ideales, solo por el afán natural de su propia fuerza interior, porque como él mismo se define es un macho, decidiendo en el último momento a qué bando unirse:

"...No era un hombre. Era una energía desatada y destructora".
    
     Si Presentación medra en su contexto gracias a sus hazañas bélicas y su sentido salvaje y primario de la vida, Don Fernando salva la vida gracias a su miedo en capítulos paralelos. Pero la guerra, insaciable, pone a cada uno en su sitio.

     Termino mi crítica con unas palabras de reflexión de Don Fernando, hombre que no está hecho para la guerra, y que transmiten un profundo mensaje antibélico:

"Se daba perfecta cuenta de la cobardía suya al huir ante Boves; pero la vida le resultaba un argumento tan convincente, tan poderoso, que cualquier razón que la apoyara le parecía suficiente y buena".
 
 
Un saludo del Criticón Lector.
 

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