viernes, 5 de julio de 2013

"UN MUNDO SIN FIN". KEN FOLLET

     Segunda parte del afamado libro "Los pilares de la tierra". En este libro tenemos a los descendientes de los protagonistas y los mismos espacios. Se trata de un libro hecho con la misma factura, la historia de varias vidas, fundamentalmente la relación entre Merthin y Caris, inteligentes, decididos, justos y a contracorriente de los enemigos de lo nuevo. En ese sentido, los personajes son muy tópicos, con características bien definidas, y unos se oponen a otros en luchas de poder constantes. Los malos suelen ser muy malos debido a su conservadurismo o brutalidad y los buenos son muy buenos por su visión adelantada a su tiempo.
    
     La historia engancha, prolija en sucesos y haciendo al lector tomar partido constante. Sin embargo, hay un error en el libro que me parece algo chapucero, y es la falta de escrúpulo del autor sobre la mentalidad de la época. El autor juega con la psicología del lector y los malos son malos por el simple hecho de tener la mentalidad de su época. Los buenos ( y perdón por usar una terminología tan simple) lo son porque se acercan más a la mentalidad de nuestra época, de hecho son un trasunto de nuestra mentalidad frente a la medieval. Eso me parece que es jugar con ventaja por parte del autor, simplificar el asunto y, desde luego, mentir descaradamente desde un punto de vista histórico. Y es una novela histórica. En ese sentido, es más de lo sustantivo  que de los adjetivo.

    Luego está el característico barniz cultural, con sus explicaciones sobre la construcción, sobre los modos de vida y sobre los artilugios propios de la épocas (batanes, telares, molinos...). Y aquí Follet es un maestro porque sabe cómo meter sus explicaciones sin resultar arduo, aunque también es cierto que hay muchos lectores que no soportan estas codas, que tanto dieron que hablar en "Los pilares de la tierra".

    Por último, me gustaría hablar sobre el buen manejo de los espacios por parte del autor, el monasterio, la catedral, el campo de batalla e incluso la desolación que la peste deja en los campos y pueblos son lo mejor del libro. En este sentido, me gustaría destacar en un exceso de intertextualidad, la presencia del protagonista en Florencia en el año de 1348, lo que nos lleva irremediablemente a pensar en Bocaccio y su" Decamerón".

     He dejado algunos libros sin reseñar en el blog, la lista es intensa, pero destaco "El Anticristo" de F, Nietszche, que me dejó sin respiración por momentos y que cuando quise escribir la reseña no pude porque me di cuenta de que necesitaba un espacio mayor. También "El libro de las horas contadas"  de José María Merino, que no me ha impresionado, con algunos momentos de intensidad lírica y con historias pseudoimaginativas que se intercalan a la historia central. Me esperaba más de este autor, pero bien es cierto que es una obra menor en su trayectoria, así que trataré de leer  alguna obra de referencia porque es un autor de buenas críticas y consagrado. He seguido con los cuentos de Cortázar que solazan la vida y la hacen más luminosa. Y le he dado un tiempo a la poesía: Juan Ramón, Machado, Muñoz Rojas... Autores canónicos.

    Un saludo del Criticón lector.

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