Uno de los novelistas franceses de referencia, polémico y provocador nos transporta a un mundo ambivalente, representado por dos hermanos, Bruno y MIchel. La novela sigue la peripecia vital de cada uno de ellos. Michel y su incapacidad afectiva es un genio de la bioquímica. Sus investigaciones y sus conclusiones son la excusa por la que se escribe la novela en un futuro lejano y de algún modo apocalíptico para la especie humana, tal y como la conocemos hoy. Pero no es esto lo realmente trascendente en la novela, desde mi punto de vista. Lo verdaderamente importante es el paralelismo vital entre los dos hermanos con prioridades distintas. Michel absorbido por la ciencia y su trabajo, incapaz de amar a la mujer que todos desearían amar. Bruno, profesor de literatura obsesionado por el sexo que, finalmente, encuentra a una mujer, Christiane, que es capaz de satisfacerle en todos los sentidos pero a la cual también acaba fallando. En conjunto, conforman un par de personalidades extrañamente patológicas y marginales.
Curiosamente, es el amor el centro de la novela, pese a su ausencia permanente en la misma. De modo claro se muestran las diferencias entre hombres y mujeres, , y su contraste a la hora de manejarse en la vida. En el hombre observamos una mayor crueldad, en la mujer un mayor altruismo. Y es esa realidad la que entre otras realidades hará que Michel tenga la intuición del cambio que se debe operar en la sociedad, una mutación metafísica operada por la ciencia moderna.
Otro de los temas que aparecen de modo transversal en la novela es la importancia del paso del tiempo, del envejecimiento, y la trascendencia que ello tiene en la sociedad occidental que hemos construido en el que impera la estética.
Además, las opiniones vertidas por los personajes sobre cuestiones sociales, el sexo y la vida, principalmente en Bruno, se acercan a la provocación y lo escandaloso. Lo que parece que es una línea que ha seguido en sus obras el autor.
El sexo y la ciencia ocupan numerosas páginas de esta novela extraña, profunda y fría. En mi opinión, la última página desmerece la novela y la aliena, es un epílogo un tanto forzado y no tiene nada que ver con la historia, pero en conjunto me parece una obra que merece mucho ser leída. Eso sí, conviene tener en cuenta que es una obra compleja tanto por su forma ( sobre todo las páginas dedicadas a las investigaciones científicas de Michel ) como por su contenido ( la frialdad de los personajes hace muy difícil para el lector la empatía con ellos ). Por mi parte, volveré a leer a Houellebecq y eso es lo mejor que puedo decir de la novela.
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