Historia de una niña, enmarcada en esa Colombia colorista, mágicorrealista, ubérrima y mestiza a la que el gran García Márquez nos suele trasladar con sus novelas y cuentos.
En un mundo en el que la religión se confunde con la superstición, donde coexisten diferentes culturas ( la cristiana, la negra y la india) una niña hija de marqués se cría entre negros por abandono de sus padres. Su libertad, su carácter, se confundirá con un signo de estar endemoniada tras ser mordida por un perro rabioso. Alrededor de la niña, Sierva María de Todos los Ángeles, observamos el esplendor y la decadencia de la América colonial, la nobleza apática, representada por el temeroso padre; los mestizos y el fracaso del intento de medro social que termina en la depravación que muestra su madre, Bernarda; el arrinconamiento de los hombres verdaderamente sabios y doctos como Abrenuncio, el médico; la complejidad de la Iglesia, que se debate entre el conocimiento y la superstición, representado por Cayetano Delaura, el cura bibliotecario herido de amor, y la abadesa, carcelera de Sierva María. Todo un caleidoscopio de vidas que bullen en una vida que es tan real como misteriosa.
Pero el libro destaca, principalmente, por ser una fiesta de la palabra. García Márquez se deleita con el lenguaje, trabaja con él a su antojo, siempre con su peculiar estilo abarrocado, su periodo largo y musical, sus enfoques sensualistas y sugerentes, mezclado todo ello con la voz de los personajes: lacónica, sentenciosa, radical en sus afirmaciones. Seguro que se ha hecho ya un estudio paremiológico de los asertos de los personajes garciamarquianos y su trágicómica visión del mundo. Si no es así, debería hacerse.
El encierro de la niña supondrá, como es habitual en las obras del autor colombiano, una historia de amor trágica, maravillosa y original. Cayetano, que investiga a la niña, quedará prendado de la niña y entre ellos se inicia una historia de amor a escondidas, secreta y de lo más literaria. Pues la novela hace un declarado panegírico a Garcilaso de la Vega y sus versos, ya que el amor de estos dos seres extraños estará barnizado, adornado y engrandecido por los versos del maestro toledano,al que se dedican a recitar en sus encuentros clandestinos.
En conclusión, puro García Márquez, y es que, pese a ser una obra que quizá no llega a las grandes creaciones del autor, es desbordante en genialidad. Un poco de García Márquez, esta es la realidad para el resto de escritores mortales, es ya de por sí parte del canon.
miércoles, 28 de marzo de 2018
lunes, 12 de marzo de 2018
"GRANDES MINICUENTOS FANTÁSTICOS". ALFAGUARA
La selección realizada en esta colección de microrrelatos por Benito Arias García me parece muy desigual, aunque se pueda encontrar alguna joya por el ingenio presentado por alguno de los autores del catálogo.
Con una variedad de autores estimable, destacan a mi juicio los escritos de algunos autores hispanoamericanos. Entre la ingente cantidad de textos me quedo con los de Agustí Bartra, Juan José Arreola, Carlos Alfaro, Oliverio Girondo, Juan José Millás, Miguel Mas, el poeta Rafael Pérez Estrada, Michael Ende, el clásico del género Ramón Gómez de la Serna y, sobre todo, el para mí desconocido, Luis Britto García.
Pongo un ejemplo de los cuentos presentados, uno de Carlos Alfaro, partiendo de la aseveración inicial de que me parecen muy desiguales todos los textos y, que en este caso cito uno de los que me ha parecido que tienen mejor factura y es más inquitante, pero, al mismo tiempo, tierno.
Con una variedad de autores estimable, destacan a mi juicio los escritos de algunos autores hispanoamericanos. Entre la ingente cantidad de textos me quedo con los de Agustí Bartra, Juan José Arreola, Carlos Alfaro, Oliverio Girondo, Juan José Millás, Miguel Mas, el poeta Rafael Pérez Estrada, Michael Ende, el clásico del género Ramón Gómez de la Serna y, sobre todo, el para mí desconocido, Luis Britto García.
Pongo un ejemplo de los cuentos presentados, uno de Carlos Alfaro, partiendo de la aseveración inicial de que me parecen muy desiguales todos los textos y, que en este caso cito uno de los que me ha parecido que tienen mejor factura y es más inquitante, pero, al mismo tiempo, tierno.
" Era tu padre. Estaba igual, más joven incluso que antes de su muerte, y te miraba sonriente, parado al otro lado de la calle, con ese gesto que solía poner cuando eras niño y te iba a recoger a la salida del colegio cada tarde. Lógicamente, te quedaste perplejo, incapaz de entender qué sucedía, y no reparaste ni en que el disco se ponía rojo de repente ni en que derrapaba en la curva un autobús y se iba contra ti incontrolado. Fue tremendo. Ya en el suelo, inmóvil y medio atragantado de sangre, volviste de nuevo tus ojos hacia él y comprendiste. Era, siempre lo había sido, un buen padre, y te alegró ver que había venido una vez más a recogerte."
"CASA DE MUÑECAS". HENRIK IBSEN
Drama decimonónico en un ambiente burgués, pero con un mensaje revolucionario por lo feminista de la propuesta en la época en la que fue escrito. El autor noruego nos revela un mensaje demoledor, que rompe estereotipos y que, desde luego, es de una modernidad absoluta.
Nora, la protagonista de la obra, se nos presenta como una esposa tradicional de una casa pudiente, un poco infantil e irresponsable. Las primeras palabras con la que vemos que es mencionada es las de alondra, un pajarillo inocente y dulce, y por ello irrelevante en sus decisiones. Conforme avanzamos en la trama vemos como su vida pública está enteramente dirigida por su esposo Torvaldo, un director de banco que vive sus horas de éxito laboral, pero Nora esconde un secreto que revela al personaje confidente que es su recién aparecida amiga la Sra. Linde. El secreto es que en un determinado momento de crisis tuvo que endeudarse con Krogstad, un empleado de Torvaldo, al cual este quiere echar por su mala fama social, con el objetivo de salvar la vida a su marido por motivos de salud. Para ello era necesario un clima templado y un viaje a Italia, realmente sufragado por el sacrificio de Nora.
El momento que genera la tensión en la acción es cuando Krogstad, desesperado por la posible pérdida de su puesto, amenaza a Nora de contar a su marido la deuda si no intercede por él. Nora se ve acorralada, llegando incluso a pensar lo peor, pues su marido piensa que esos procederes son deshonestos y deshonrosos. La acción dramática nos va mostrando el cambio de perfiles en los protagonistas, la inocente Nora se muestra como un personaje de gran fuerza y valores, el recto Torvaldo es, en realidad, una caricatura de persona.
El momento clave y climático del texto es cuando Nora revela la verdad de los hechos, su mentira que esconde la verdad de su amor por Torvaldo, el sacrificio permanente y constante en el que ha vivido. Frente a ella Torvaldo se muestra como un cobarde e hipócrita, más preocupado por las convenciones sociales que por el sacrificio y el amor de ella. Sus palabras tratándola con condescendencia ridícula, como si fuera una niña a la que educar, contrastan con la clarividencia de ella.
El abandono final de la casa, en donde se ha sentido como una muñeca, es el viaje al autoconocimiento, un salto al vacío a la búsqueda del sitio de uno mismo en el mundo, por encima de la condición de esposa y madre, un abandono de resonancias revolucionarias y tremendamente progresistas a finales del siglo XIX.
"Nora. –¿Qué consideras mis deberes sagrados? Torvaldo. –¿Y tengo que decírtelo? Son tus deberes para con tu marido y tus hijos.Nora. –Tengo otros no menos sagrados.Torvaldo. –Nos los tienes. ¿Cuáles son esos deberes?
Nora. –Mis deberes para conmigo misma."
En conclusión, una obra que ahonda en cuestiones tan fundamentales como la toma de decisiones, libre y consciente, de la mujer; en el contraste entre la apariencia y la verdad; y en la lucha permanente frente a las convenciones sociales que reprimen, muy a menudo, toda forma de amor sincero.
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