Siguiendo el consejo de una amiga andariega llegó este libro del premio nobel turco a mis manos. Efectivamente, su recomendación fue acertadísima. Se trata de un libro profundo, lleno de matices, que alterna información con grandes dosis de sensibilidad.
La novela cuenta la historia de un poeta exiliado en Alemania que vuelve a Turquía, concretamente a la ciudad de Kars, en la región nordeste del país. Su excusa para volver es investigar como periodista sobre los suicidios de jóvenes empañoladas. A partir de aquí se produce un viaje interior. muy fructífero desde el punto de vista creativo.
Ka, que así se hace llamar el poeta, retorna a la infancia, a la pobreza que le rodeaba entonces y encuentra el amor. Este es el logro principal de la novela la perfecta balanza entre lo político y lo sentimental. Porque nos encontramos con una historia de amor de corte clásico, con sutiles hilos que unen y desunen a los dos amantes, Ka e Ipek. Pero también nos encontramos con una investigación, un recorrido por los problemas de la Turquía actual, con un estudio significativo de la realidad social y política de este país, puente entre occidente y oriente.
Se producen continuos debates sobre la influencia de occidente en el país, sobre el islamismo, sobre la convivencia entre etnias. Desde luego, se entienden mejor las noticias que nos llegan constantemente de este país leyendo el libro, su equilibrio de fuerzas entre un islamismo cada vez más pujante y un republicanismo de raíz occidentalizante protegido por los militares. Su compleja vida étnica, con turcos, kurdos, armenios.
Con todo, lo mejor de la novela, a mi juicio es la creación de un personaje profundo, matizado y complejo que actúa, habla y se comporta con gran realismo. Un personaje de hondura lírica y metafísica, que se mueve en un ambiente enrarecido con miedos, valentías, contradicciones y heroicidades. Su peregrinaje termina en sorpresa. Alrededor de él se forma toda una red de personajes que simbolizan formas de pensar y actitudes diferentes. Azul y su islamismo radical, antisistema y antioccidental, heroico y contradictorio, misterioso, atractivo, pero también lleno de odio y prepotencia. El actor teatral Sunay, de gran importancia en el desarrollo de la historia y representante del occidentalismo radical, Turgut Bey,padre de Ipek y Kadife.
También destaca la figura del narrador, amigo de Ka, que acaba participando en la historia.
En definitiva, una obra compleja, muy bien escrita, que muestra todo un mundo externo, pero también el interior de un personaje. Novela totalizante muy recomendable, gracias amiga andariega. El Criticón.
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