miércoles, 29 de febrero de 2012
"POR LA BOCA MUERE EL PEZ". CARLO LUCARELLI Y ANDREA CAMILLERI. FEBRERO 2012
Un juego con el que mezclar a dos de los protagonistas de novela negra italiana más famosos, eso es, fundamentalmente, el experimento de este librito, que debe ser tomado como una curiosidad. La ilación del texto es en forma epistolar y mediante documentos administrativos o periodísticos que van desgranando los hechos. Nada de narración tradicional, solo la relación por carta entre el comisario Montalvano y la inspectora Grazia Negro, con su pretendida complicidad y sus aventuras levemente esbozadas. Se lee en un rato y, a mi juicio, no deja de ser más que un experimento editorial para juntar a dos autores de renombre. No obstante, su extrañeza y su fácil lectura comvierte esta novelita en un instrumento adecuado para conocer a estos autores y a sus famosos detectives. Un saludo.
domingo, 26 de febrero de 2012
"ADÁN EN EDÉN". CARLOS FUENTES. FEBRERO 2012
Carlos Fuentes se caracteriza en sus obras por el análisis pormenorizado de la sociedad mejicana. Este título es una muestra más del interés del autor por retratar las complejidades de la misma. Se trata de una novela corta en la que el narrador protagonista se confiesa a un lector intuido (al que a menudo hace referencia) para crear una complicidad que tendrá importancia al final de la novela.
El narrador, Adán Gorozpe, es un triunfador hecho a sí mismo, casado con la Reina de la Primavera hija de un comerciante del bizcocho de éxito, que probablemente es lo más logrado de la novela con sus hilarantes salidas de tono y su falta de sentido común. Gorozpe se autoanaliza, a veces demasiado machaconamente por lo repetitivo de los planteamientos, y en esta intronspección vemos cómo su vida está dividida en compartimentos estancos que no tienen el más mínimo contacto. Por un lado, su vida familiar, caótica y ridícula, con un suegro con el que convive que mantiene la habitación igual que la dejó su esposa, toda rosa excepto un bidé de hierro, una esposa hilarante y con una absoluta falta de juicio que en todas sus intervenciones dice algo incoherente, y un cuñado diletante, más serio y "normal" pero que sufre una evolución personal desde el inconformismo familiar valiente hasta la superchería redentora del Méjico perdido que el autor propone. Por otro, está su vida profesional, de hombre triunfador que domina las situaciones y no se permite errores, el hombre público, el abogado de éxito que pasa por encima de sus empleados. Por último, nos encontramos con la parcela que da sentido a su existencia, su relación con Ele, su amante. En el reducto que supone el piso donde se encuentra, Gorozpe se encuentra con su verdadero yo y vive el presente con la intensidad que el mismo requiere. Ele es su vida, pero también su debilidad.
La novela cobra fuerza cuando entra en escena el antagonista de Adán Gorozpe, Adán Góngora, policía que accede al poder y con sus maquiavélicos movimientos da carnaza a la sociedad con un sistema de terror dirigido a los más desfavorecidos y contra las clases medias venidas a menos. Adán contra Adán, el enfrentamiento está servido y. sin lugar a dudas, la descripción cruel que de Góngora hace Gorozpe es de lo mejor del libro. El enfrentamiento se decide en un final algo precipitado, pero muy a la manera mejicana, con dosis brutales de violencia. Y es que, según Gorozpe, a grandes males, grandes remedios.
En conclusión, nos encontramos con una novela menor del magistral novelista e intelectual mejicano, con variedad de tonos que van desde lo humorístico (a mi juicio, lo más logrado del libro), hasta lo cruel, pasando por lo reflexivo y lo sentimental. Una novela que muestra las bondades de estilo de Fuentes, con su manejo excelente de los coloquialismos y la pericia a la hora de poner palabras en un narrador protagonista, como ya hiciera en su obra maestra "La muerte de Artemio Cruz", pero que parece voluntariamente bosquejada como obra menor y que, por momentos, resulta reiterativa en sus planteamientos. Y, ciertamente, para ser una novela de escasas páginas adolecer de este defecto me parece estructuralmente una merma demasiado grande para un autor del caché de Fuentes. No obstante, como criticar a Fuentes casi parece una herejía, el criticón lector recomienda la lectura ya que sus logros son más grandes que sus faltas. Un saludo.
El narrador, Adán Gorozpe, es un triunfador hecho a sí mismo, casado con la Reina de la Primavera hija de un comerciante del bizcocho de éxito, que probablemente es lo más logrado de la novela con sus hilarantes salidas de tono y su falta de sentido común. Gorozpe se autoanaliza, a veces demasiado machaconamente por lo repetitivo de los planteamientos, y en esta intronspección vemos cómo su vida está dividida en compartimentos estancos que no tienen el más mínimo contacto. Por un lado, su vida familiar, caótica y ridícula, con un suegro con el que convive que mantiene la habitación igual que la dejó su esposa, toda rosa excepto un bidé de hierro, una esposa hilarante y con una absoluta falta de juicio que en todas sus intervenciones dice algo incoherente, y un cuñado diletante, más serio y "normal" pero que sufre una evolución personal desde el inconformismo familiar valiente hasta la superchería redentora del Méjico perdido que el autor propone. Por otro, está su vida profesional, de hombre triunfador que domina las situaciones y no se permite errores, el hombre público, el abogado de éxito que pasa por encima de sus empleados. Por último, nos encontramos con la parcela que da sentido a su existencia, su relación con Ele, su amante. En el reducto que supone el piso donde se encuentra, Gorozpe se encuentra con su verdadero yo y vive el presente con la intensidad que el mismo requiere. Ele es su vida, pero también su debilidad.
La novela cobra fuerza cuando entra en escena el antagonista de Adán Gorozpe, Adán Góngora, policía que accede al poder y con sus maquiavélicos movimientos da carnaza a la sociedad con un sistema de terror dirigido a los más desfavorecidos y contra las clases medias venidas a menos. Adán contra Adán, el enfrentamiento está servido y. sin lugar a dudas, la descripción cruel que de Góngora hace Gorozpe es de lo mejor del libro. El enfrentamiento se decide en un final algo precipitado, pero muy a la manera mejicana, con dosis brutales de violencia. Y es que, según Gorozpe, a grandes males, grandes remedios.
En conclusión, nos encontramos con una novela menor del magistral novelista e intelectual mejicano, con variedad de tonos que van desde lo humorístico (a mi juicio, lo más logrado del libro), hasta lo cruel, pasando por lo reflexivo y lo sentimental. Una novela que muestra las bondades de estilo de Fuentes, con su manejo excelente de los coloquialismos y la pericia a la hora de poner palabras en un narrador protagonista, como ya hiciera en su obra maestra "La muerte de Artemio Cruz", pero que parece voluntariamente bosquejada como obra menor y que, por momentos, resulta reiterativa en sus planteamientos. Y, ciertamente, para ser una novela de escasas páginas adolecer de este defecto me parece estructuralmente una merma demasiado grande para un autor del caché de Fuentes. No obstante, como criticar a Fuentes casi parece una herejía, el criticón lector recomienda la lectura ya que sus logros son más grandes que sus faltas. Un saludo.
martes, 21 de febrero de 2012
"ROJO Y NEGRO" . STENDHAL. FEBRERO 2012.
"ROJO Y NEGRO" . STENDHAL. FEBRERO 2012.
Esta conocida obra nos muestra la vida de Julián Sorel, novela de personaje, que representa los valores de esa clase social pujante en el siglo XIX, que es el pueblo. Hijo de un aserrador y con una infancia difícil, Julián demuestra siempre una alta consideración sobre sí mismo y en todo momento sueña con medrar en la complicada sociedad decimonónica francesa, bien vía militar ( con sus sueños juveniles sobre el pasado cercano napoleónico), bien vía eclesiástica (gracias a su formación latina y su conocimiento memorístico de la Biblia). La novela se estructura en dos partes que refieren dos momentos y lugares distintos de la vida de Julián. En primer lugar, Verrières y Besancon, en la que se nos muestra la formación del carácter del joven Sorel y la vida de provincias, con sus odios, sus mezquindades y, sobre todo, el fatuo orgullo de clase de los principales de la provincia, representados por el alcalde y por Valenod. En segundo término, vemos París, donde el joven observa primero en el seminario y luego en el palacio del Marqués de la Mole las luchas permanentes por parcelas de poder, la hipocresía y, principalmente, la superficialidad y vacuidad de la aristocracia parisina a la que le falta la fuerza y el nervio para mantener el poder, con lo que se anticipa en la novela la futura historia de Francia.
Julián Sorel, como hemos planteado, con su orgullo y ambición representa a esa clase que detona los cimientos podridos de la sociedad francesa.
No hay que olvidar que "Rojo y Negro" es también una novela de amor o, más bien, de amores. Pues si la novela está estructurada en dos, también lo es por los dos amores que tiene el protagonista. La primera con la señora de Rènal, casada con el alcalde de Verrières, que le da trabajo como preceptor de sus hijos. Se trata de un amor sincero y pasional por parte de ella y algo afectado por parte de él. En segundo lugar, surge el amor con la hija de los marqueses de la Mole, mujer fría y altiva domeñada por Julián apelando a la frialdad y a los celos.
Por tanto, nos encontramos ante una novela total en el que todos los personajes giran alrededor del protagonista. Una novela que ha sido considerada por la crítica una de las primeras novelas realistas, un hito fundamental en la evolución de la novela moderna, que sin duda conserva elementos todavía románticos, como la rebeldía social de Julián y las actitudes y poses de los personajes femeninos. En definitiva, una extraordinaria novela que desarrolla con sutil sensibilidad los vericuetos psicológicos de Sorel y su ánimo cambiante, dominado siempre por su orgullo y su ambición.
Esta conocida obra nos muestra la vida de Julián Sorel, novela de personaje, que representa los valores de esa clase social pujante en el siglo XIX, que es el pueblo. Hijo de un aserrador y con una infancia difícil, Julián demuestra siempre una alta consideración sobre sí mismo y en todo momento sueña con medrar en la complicada sociedad decimonónica francesa, bien vía militar ( con sus sueños juveniles sobre el pasado cercano napoleónico), bien vía eclesiástica (gracias a su formación latina y su conocimiento memorístico de la Biblia). La novela se estructura en dos partes que refieren dos momentos y lugares distintos de la vida de Julián. En primer lugar, Verrières y Besancon, en la que se nos muestra la formación del carácter del joven Sorel y la vida de provincias, con sus odios, sus mezquindades y, sobre todo, el fatuo orgullo de clase de los principales de la provincia, representados por el alcalde y por Valenod. En segundo término, vemos París, donde el joven observa primero en el seminario y luego en el palacio del Marqués de la Mole las luchas permanentes por parcelas de poder, la hipocresía y, principalmente, la superficialidad y vacuidad de la aristocracia parisina a la que le falta la fuerza y el nervio para mantener el poder, con lo que se anticipa en la novela la futura historia de Francia.
Julián Sorel, como hemos planteado, con su orgullo y ambición representa a esa clase que detona los cimientos podridos de la sociedad francesa.
No hay que olvidar que "Rojo y Negro" es también una novela de amor o, más bien, de amores. Pues si la novela está estructurada en dos, también lo es por los dos amores que tiene el protagonista. La primera con la señora de Rènal, casada con el alcalde de Verrières, que le da trabajo como preceptor de sus hijos. Se trata de un amor sincero y pasional por parte de ella y algo afectado por parte de él. En segundo lugar, surge el amor con la hija de los marqueses de la Mole, mujer fría y altiva domeñada por Julián apelando a la frialdad y a los celos.
Por tanto, nos encontramos ante una novela total en el que todos los personajes giran alrededor del protagonista. Una novela que ha sido considerada por la crítica una de las primeras novelas realistas, un hito fundamental en la evolución de la novela moderna, que sin duda conserva elementos todavía románticos, como la rebeldía social de Julián y las actitudes y poses de los personajes femeninos. En definitiva, una extraordinaria novela que desarrolla con sutil sensibilidad los vericuetos psicológicos de Sorel y su ánimo cambiante, dominado siempre por su orgullo y su ambición.
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