Los ocho entremeses nuevos tienen un valor incalculable en el curso de la historia de la literatura en español. Su naturaleza pionera y sus incuestionables valores estéticos nos lo sitúan como una de las cimas literarias del Siglo de Oro español. Los ocho entremeses, se enmarcan dentro de un subgénero con unas características bastante definidas, sus escasas dimensiones, planteado en un solo acto, su naturaleza cómica y, en general, la sátira de las costumbres.
Los ocho entremeses son los siguientes:
- "Entremés del Juez de los divorcios" en el que se presentan en sucesión en uno tras otro una serie de matrimonios ante un juez con diversos problemas de convivencia matrimonial. Así, vemos el típico problema, tan visto desde la Edad Media, del matrimonio entre viejos y jovencitas, en el que el humor se observa en la descripción del viejo y su decrepitud por parte de la joven casada. También un soldado y Guiomar, que tilda de simple y leño al hombre. O un cirujano y Minjaca, al que se le achaca su bajeza como cirujano. O por último un ganapán que está casado con una antigua prostituta que solo le mete en pendencias. Es un entremés muy dinámico y divertido, con el que me quedo con las palabras del Procurador finales, "Que todo el mundo ponga demandas de divorcios, que al cabo, los más se quedan como estaban, y nosotros habemos gozado del fruto de sus pendencias y necedades", con ese pragmatismo económico del pescador que pesca en río revuelto.
- "Entremés del Rufián viudo llamado Trampagos" en el que con desvergüenza un grupo de mujeres se postula a acompañante de Trampagos justo tras la muerte de su mujer y ocupar su puesto. Lo gracioso del texto es el tono desenfadado y vital con el que las mujeres se disputan al hombre y cómo este no tiene ningún problema en elegir al final del entremés a una de ellas.
- "Entremés de la elección de los Alcaldes de Daganzo" en donde se hace patente la degradación moral de la clase rectora de las zonas de interior, un retrato tragicómico de la España rural y sus principales valores vitales: la limpieza de sangre y el ser cristiano viejo, aderezado todo con conocimientos exclusivos sobre el campo o el más extraño punto a favor de ser buen bebedor.
-"Entremés de la guarda cuidadosa". En este entremés se produce una disputa entre un sacristán de baja condición y un soldado por los amores de una criada. Una disputa con una gran tradición en la literatura medieval española, que en la obra cervantina adquiere una nueva dimensión pues a los habituales argumentos en las respectivas defensas se une la cuestión económica, que es decisiva en la elección de la mujer, con lo que se visibiliza con claridad la influencia más que poderosa del caballero don dinero.
- "Entremés del vizcaíno fingido", en el que se muestra un enredo que tiene a un falso vizcaíno como factor de engaño a una joven que se ve seducida por la posibilidad de conseguir un beneficio económico fácil. Es por tanto la teatralización de un timo, acción muy común en este tipo de obras un solo acto.
-"Entremés del Retablo de las maravillas" probablemente el más famoso y considerado por la crítica especializada más logrado. En él también asistimos a un engaño producido por unos embaucadores con mucha imaginación y que pone de relieve lo obtuso de las clases dirigentes y lo cerril de las gentes que acuden a ver el retablo de las maravillas. Este entremés me recuerda mucho al cuento del Rey desnudo, en el que los protagonistas hacen ver a los demás lo que no hay por medio de la palabra.
- "Entremés de la Cueva de Salamanca", también de honda tradición literaria, la cueva donde imparte clase el mismo diablo. La liviandad con que se trata aquí el tema de las infidelidades, la alegre desfachatez de las protagonistas femeninas, Leonarda y Cristina, que muestran un deseo de gozar y un hedonismo picantón de lo más divertido hacen de este entremés uno de los más completos. La astucia de un estudiante que es acogido por las mujeres salva a estas de ser descubiertas en sus amores licenciosos con un sacristán y un barbero. La descacharrante hilaridad con que se muestra la hipocresía de las mujeres al despedirse del marido y su cambio al cerrar la puerta e irse consiguen la principal misión de una obra de este tipo que es amenizar y divertir al público asistente a la representación.
-"Entremés del viejo celoso", es este un clásico de nuestra literatura también, el de la crítica de los matrimonios de diferentes edades, viejos y jóvenes casados por convenio. Y, por supuesto, se produce el conflicto entre la joven deseosa de disfrutar y del viejo condenado a una vida de achaques y celos. Aquí la figura de la vecina alcahueta sirve para facilitar el engaño al marido que tiene bajo siete llaves a la mujer.
En conjunto, son unas obras muy divertidas, en las que se consigue el fin principal de este tipo de representaciones, que es divertir. Lo hace con recursos que, si bien no son muy refinados, son efectivos y efectistas. Por otro lado, me gustaría destacar la modernidad de Cervantes con relación a la figura de la mujer. Las mujeres en Cervantes son deshinibidas, desenvueltas, con un indiscutible deseo de gozar de la vida y de desatarse de su condición de personajes accesorios o serviles. Cervantes en este sentido es un autor que puede ser considerado defensor de la figura de la mujer y y un hito principal en la literatura de valores feministas. Y nada más, un saludo de El Criticón Lector.
- "Entremés de la elección de los Alcaldes de Daganzo" en donde se hace patente la degradación moral de la clase rectora de las zonas de interior, un retrato tragicómico de la España rural y sus principales valores vitales: la limpieza de sangre y el ser cristiano viejo, aderezado todo con conocimientos exclusivos sobre el campo o el más extraño punto a favor de ser buen bebedor.
-"Entremés de la guarda cuidadosa". En este entremés se produce una disputa entre un sacristán de baja condición y un soldado por los amores de una criada. Una disputa con una gran tradición en la literatura medieval española, que en la obra cervantina adquiere una nueva dimensión pues a los habituales argumentos en las respectivas defensas se une la cuestión económica, que es decisiva en la elección de la mujer, con lo que se visibiliza con claridad la influencia más que poderosa del caballero don dinero.
- "Entremés del vizcaíno fingido", en el que se muestra un enredo que tiene a un falso vizcaíno como factor de engaño a una joven que se ve seducida por la posibilidad de conseguir un beneficio económico fácil. Es por tanto la teatralización de un timo, acción muy común en este tipo de obras un solo acto.
-"Entremés del Retablo de las maravillas" probablemente el más famoso y considerado por la crítica especializada más logrado. En él también asistimos a un engaño producido por unos embaucadores con mucha imaginación y que pone de relieve lo obtuso de las clases dirigentes y lo cerril de las gentes que acuden a ver el retablo de las maravillas. Este entremés me recuerda mucho al cuento del Rey desnudo, en el que los protagonistas hacen ver a los demás lo que no hay por medio de la palabra.
- "Entremés de la Cueva de Salamanca", también de honda tradición literaria, la cueva donde imparte clase el mismo diablo. La liviandad con que se trata aquí el tema de las infidelidades, la alegre desfachatez de las protagonistas femeninas, Leonarda y Cristina, que muestran un deseo de gozar y un hedonismo picantón de lo más divertido hacen de este entremés uno de los más completos. La astucia de un estudiante que es acogido por las mujeres salva a estas de ser descubiertas en sus amores licenciosos con un sacristán y un barbero. La descacharrante hilaridad con que se muestra la hipocresía de las mujeres al despedirse del marido y su cambio al cerrar la puerta e irse consiguen la principal misión de una obra de este tipo que es amenizar y divertir al público asistente a la representación.
-"Entremés del viejo celoso", es este un clásico de nuestra literatura también, el de la crítica de los matrimonios de diferentes edades, viejos y jóvenes casados por convenio. Y, por supuesto, se produce el conflicto entre la joven deseosa de disfrutar y del viejo condenado a una vida de achaques y celos. Aquí la figura de la vecina alcahueta sirve para facilitar el engaño al marido que tiene bajo siete llaves a la mujer.
En conjunto, son unas obras muy divertidas, en las que se consigue el fin principal de este tipo de representaciones, que es divertir. Lo hace con recursos que, si bien no son muy refinados, son efectivos y efectistas. Por otro lado, me gustaría destacar la modernidad de Cervantes con relación a la figura de la mujer. Las mujeres en Cervantes son deshinibidas, desenvueltas, con un indiscutible deseo de gozar de la vida y de desatarse de su condición de personajes accesorios o serviles. Cervantes en este sentido es un autor que puede ser considerado defensor de la figura de la mujer y y un hito principal en la literatura de valores feministas. Y nada más, un saludo de El Criticón Lector.