Libro formado por tres relatos largos o novelas cortas que tienen como denominador común las relaciones amorosas. Historias de amor infructuoso como el propio título elegido nos dar a entender. Escritas en un tono de sutil voluptuosidad y cuidado lenguaje, los relatos tienen, a mi parecer, desigual fuerza narrativa.
"El quepis" quizá sea el mejor de los relatos por lo matizado de la evolución psicológica de la protagonista, con una narradora testigo, que viene a ser la propia Colette, que va relatando y desgranando los avatares amorosos de una señora entrada en años que, desde una cierta apatía amorosa propia de un desengaño matrimonial, va trasladándose a un amor que supone la última oportunidad de su vida con un oficial militar mucho más joven que él. El quepis es el símbolo que en una escena algo turbia y ciertamente triste desenmascara la relación como algo de imposible futuro. Las últimas frases del final en la que unos amigos algo criticones hablan con cierta mordacidad de la protagonista abandonada quedan para el recuerdo. Sobre todo lo relacionado a en qué ha quedado la mejora de la protagonista.
"El pimpollo" viene a ser el caso contrario, pero con un tono menos reflexivo y más voluptuoso, quizá más anecdótico. Un anciano cuenta sus batallitas amorosas cuando era un cincuentón con una joven púber. En este caso el narratario es Colette, testigo pasiva de la historia contada. No tiene la formalidad de la anterior historia, aunque sí su cuidado estilo, quizá algo engolado para un lector actual. Destaca la escena casi cómica del final en la que el protagonista sale escaldado de su relación, que deviene como no podía ser de otra forma en infructuosa y mera aventura amorosa carnal.
Por último, Colette cuenta, esta vez como protagonista principal que acude a un lugar de su pasado, la historia de dos hermanas que esconden una especie de misterio. Esta historia es, para mi gusto, tediosa. La complicada relación entre las hermanas esconde al final un problema de celos. La abudancia de detalles que apenas aportan a la historia hace que la lectura se convierta en un proceso algo doloroso.
En conclusión, son relatos en los que las matizaciones de la psicología amorosa, fundamentalmente femenina, son muy logradas. En las dos primeras historias hay tensión narrativa, pese a que la primera vuela más alto en la complejidad de los personajes y de la narración. La tercera es aburrida y se alarga en demasía en vanalidades que restan interés al lector. Como dato curioso es que podemos ver ciertos paralelismos entre lo escrito y lo vivido por la autora. Las historias tienen mucho de autobiográficas.
Un saludo de el Criticón Lector.