Jesús Carrasco tuvo una entrada triunfal en el mundo literario con su magnífica primera novela "Intemperie", reseñada en este blog en su día. Su éxito estaba basado en la combinación de una historia sencilla y muy potente con un magistral uso de la lengua. La riqueza léxica de esta obra impresionó a crítica y público y nos devolvió a un tipo de narrativa apegada a la tierra que estaba olvidada en el baúl de las obras viejas que suelen ser los libros de texto de Literatura. Una historia que nos trasladaba a la narrativa de los años 50 y 60, como la de Caballero Bonald en "Dos días de setiembre" o la narrativa de Delibes, al que se ha comparado al autor en numerosas ocasiones.
En esta su segunda novela el autor nos presenta una historia diferente, más original, pero con mimbres parecidos ( su lenguaje preciosista, su léxico avasallador) al que añade una vocación estética y poética mayor con un uso de abundantes imágenes metafóricas y la evocación como material constructivo fundamental. Una magnífica demostración de que estamos ante una de las figuras literarias con más posibilidades de entrar en el canon de la literatura en español, aun pudiendo el autor, a mi juicio, mejorar en el aspecto narrativo o, más propiamente, de la construcción del relato.
Decía que la historia es más original que en su primera novela. Y ello es debido a que el presupuesto en el que se basa la misma es novedoso en nuestra literatura. Se trata de una ucronía, para el que no conozca el género se trata de una novela en la que se presenta un mundo histórico alternativo al que realmente ocurrió, algo así como una novela sobre "qué hubiera pasado si...". Con esa característica definitoria recuerdo haber leído la magnífica "La conjura contra América" de Philip Roth. El presupuesto en el que se sustenta la novela es la supuesta invasión de España por parte del imperio nazi alemán. A partir de aquí se muestra una historia que va ganando dureza, hasta un punto realmente extremo. El concepto del ser humano resulta muy mal parado, pese a la gradual redención de la protagonista principal del relato.
Es una novela centrada en la relación de dos personajes, tal y como vimos en "Intemperie", y en la progresiva implicación emocional de una mujer, paradigma de la dominación, con un lugareño, un hombre perdido y demente que ha sufrido las consecuencias de esa dominación. Sobre las consecuencias de ésta es de lo que va la novela, y es ahí, en la oscuridad perversa del trato que se produce en el abuso de autoridad, donde se llega al horror. En donde la humillación se convierte en el hueco en el estómago en un lector que acaba poco a poco comprimido por la misma.
Por último, resulta necesario mencionar la importancia capital que tiene el concepto de la tierra. La tierra como elemento de apego a la vida y a los ancestros y de unión consustancial de todas las cosas. Y así, en medio del horror, aparece la tierra como elemento que puede salvar la conciencia de un ser humano degradado hasta el tuétano.
Un saludo afectuoso. El Criticón Lector.